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Mañana 50 años del Pacto de las Catacumbas. Texto del documento y lista de los padres conciliares que lo firmaron
(a cura Redazione "Il Sismografo")
Mañana 50 años del Pacto de las Catacumbas. Texto del documento y lista de los padres conciliares que lo firmaron
(a cura Redazione "Il Sismografo")
“Nosotros, obispos, reunidos en el Concilio Vatican o II, conscientes de las deficiencias de nuestra vida de pobreza según el evangelio; motivad os los unos por los otros en una iniciativa en la que cada uno de nosotros ha evitado el sobresalir y la presunción; unidos a todos nuestros hermanos en el episcopado; contando, sobre todo, con la gracia y la fuerza de nuestro Señor Jesucristo, con la oración de los fieles y de los sacerdotes de nuestras respectivas diócesis; poniéndonos con el pensamient o y con la oración ante la Trinidad, ante la Iglesia de Cristo y ante los sacerdotes y los fieles de nuestras diócesis, con humildad y con conciencia de nuestra flaqueza, pero también con toda la determinación y toda la fuerza que Dios nos quiere dar como gracia suya, nos comprometemos a lo que sigue:
1. Procuraremos vivir según el modo ordinario de nu estra población en lo que toca a casa, comida, medios de locomoción, y a todo lo que de ahí se des prende. Mt 5, 3; 6, 33s; 8-20.
2. Renunciamos para siempre a la apariencia y la re alidad de la riqueza, especialmente en el vestir (ricas vestimentas, colores llamativos) y en símbol os de metales preciosos (esos signos deben ser, ciertamente, evangélicos). Mc 6, 9; Mt 10, 9s; Hech 3, 6. Ni oro ni plata.
3. No poseeremos bienes muebles ni inmuebles, ni te ndremos cuentas en el banco, etc, a nombre propio; y, si es necesario poseer algo, pondremos t odo a nombre de la diócesis, o de las obras sociales o caritativas. Mt 6, 19-21; Lc 12, 33s.
4. En cuanto sea posible confiaremos la gestión fin anciera y material de nuestra diócesis a una comisión de laicos competentes y conscientes de su papel apostólico, para ser menos administradores y más pastores y apóstoles. Mt 10, 8; Hech 6, 1-7.
5. Rechazamos que verbalmente o por escrito nos lla men con nombres y títulos que expresen grandeza y poder (Eminencia, Excelencia, Monseñor...) . Preferimos que nos llamen con el nombre evangélico de Padre. Mt 20, 25-28; 23, 6-11; Jn 13, 12-15.
6. En nuestro comportamiento y relaciones sociales evitaremos todo lo que pueda parecer concesión de privilegios, primacía o incluso preferencia a lo s ricos y a los poderosos (por ejemplo en banquetes ofrecidos o aceptados, en servicios religiosos). Lc 13, 12-14; 1 Cor 9, 14-19.
7. Igualmente evitaremos propiciar o adular la vani dad de quien quiera que sea, al recompensar o solicitar ayudas, o por cualquier otra razón. Invit aremos a nuestros fieles a que consideren sus dádivas como una participación normal en el culto, en el apostolado y en la acción social. Mt 6, 2-4; Lc 15, 9-13; 2 Cor 12, 4.
8. Daremos todo lo que sea necesario de nuestro tie mpo, reflexión, corazón, medios, etc. al servicio apostólico y pastoral de las personas y de los grup os trabajadores y económicamente débiles y subdesarrollados, sin que eso perjudique a otras pe rsonas y grupos de la diócesis. Apoyaremos a los laicos, religiosos, diáconos o sac erdotes que el Señor llama a evangelizar a los pobres y trabajadores, compartiendo su vida y el tr abajo. Lc 4, 18s; Mc 6, 4; Mt 11, 4s; Hech 18, 3s; 20, 33-35; 1 Cor 4, 12 y 9, 1-27.
9. Conscientes de las exigencias de la justicia y d e la caridad, y de sus mutuas relaciones, procuraremos transformar las obras de beneficencia en obras sociales basadas en la caridad y en la justicia, que tengan en cuenta a todos y a todas, c omo un humilde servicio a los organismos públicos competentes. Mt 25, 31-46; Lc 13, 12-14 y 33s.
10. Haremos todo lo posible para que los responsabl es de nuestro gobierno y de nuestros servicios públicos decidan y pongan en práctica las leyes, es tructuras e instituciones sociales que son necesarias para la justicia, la igualdad y el desar rollo armónico y total de todo el hombre y de todos los hombres, y, así, para el advenimiento de un ord en social, nuevo, digno de hijos de hombres y de hijos de Dios. Cfr. Hech 2, 44s; 4, 32-35; 5, 4; 2 Cor 8 y 9; 1 Tim 5, 16.
11. Porque la colegialidad de los obispos encuentra su más plena realización evangélica en el servicio en común a las mayorías en miseria física cultural y moral -dos tercios de la humanidad- nos comprometemos:
* a compartir, según nuestras posibilidades, en los proyectos urgentes de los episcopados de las naciones pobres;
* a pedir juntos, al nivel de organismos internacio nales, dando siempre testimonio del evangelio, como lo hizo el papa Pablo VI en las Naciones Unida s, la adopción de estructuras económicas y culturales que no fabriquen naciones pobres en un m undo cada vez más rico, sino que permitan que las mayorías pobres salgan de su miseria.
12. Nos comprometemos a compartir nuestra vida, en caridad pastoral, con nuestros hermanos en Cristo, sacerdotes, religiosos y laicos, para que n uestro ministerio constituya un verdadero servicio. Así,
* nos esforzaremos para “revisar nuestra vida” con ellos;
* buscaremos colaboradores para poder ser más anima dores según el Espíritu que jefes según el mundo;
* procuraremos hacernos lo más humanamente posible presentes, ser acogedores; * nos mostraremos abiertos a todos, sea cual fuere su religión. Mc 8, 34s; Hech 6, 1-7; 1 Tim 3, 8- 10. 13. Cuando regresemos a nuestras diócesis daremos a conocer estas resoluciones a nuestros diocesanos, pidiéndoles que nos ayuden con su compr ensión, su colaboración y sus oraciones. Que Dios nos ayude a ser fieles
Lista de los padre conciliares que firmaron:
Brasile:
Dom Antônio Fragoso (Crateús-CE),
Don Francisco Mesquita Filho Austregésilo (Afogados da Ingazeira – PE),
Dom João Batista da Mota e Albuquerque, arcivescovo di Vitória, ES,
P. Luiz Gonzaga Fernandis, vescovo ausiliare eletto di Vitória
Dom Jorge Marcos di Oliveira (Santo André-SP),
Dom Heldir Camara, vescovo di Recife
Dom Henrique Golland Trindadi, OFM, arcivescovo di Botucatu, SP,
Dom José Maria Pires, arcivescovo di Paraíba, PB.
Colombia:
Mons. Tulio Botero Salazar, arcivescovo di Medellín
Mons. Antonio Medina Medina, vescovo ausiliare di Medellín
Mons. Anibal Muñoz Duque, Vescovo di Nueva Pamplona,
Mons. Raúl Zambrano di Facatativá
Mons. Angelo Cuniberti, vicario apostólico di Florencia.
Argentina:
Mons. Alberto Divoto di la diócesis di Goya
Mons. Vicente Faustino Zazpe di la diócesis di Rafaela
Mons. Juan José Iriarte di Reconquista
Uruguay, Cile, Ecuador, Panamá
Mons. Alfredo Viola, vescovo di Salto (Uruguay)
Mons. Marcelo Mendiharat, vescovo ausiliare di Salto (Uruguay)
Mons. Manuel Larraín di Talca en Cile,
Mons. Gregorio McGrath Marco di Panamá (Santiago di Veraguas),
Mons. Leonidas Proaño en Riobamba, Ecuador
Francia
Mons Guy Marie Riobé, vescovo di Orleans,
Mons Gérard Huyghe, vescovo di Arras,
Mons. Adrien Gand, vescovo ausiliare di Lille
Belgio, Spagna, Germania e Italia
Mons. Charles Marie Himmer, vescovo di Tournai, Belgio,
Mons. Rafael González Moralejo, vescovo ausiliare di Valencia, Spagna,
Mons. Julius Angerhausen, vescovo ausiliare di Essen, Germania
Mons. Luigi Betazzi, vescovo ausiliare di Bolonia
Costa d’Avorio, Tanzania, Sudafrica, Sahara
Dom Bernard Yago, arcivescovo di Abidjan, Costa d’Avorio
Mons. José Blomjous, vescovo di Mwanza, Tanzania
Mons. Georges Mercier, vescovo di Laghouat - Sahara, Africa
Isarele/Nazaret, Libano
Mons. Hakim, vescovo melquita di Nazaret,
Mons. Haddad, vescovo melquita, ausiliare di Beirut, Líbano
Canada
Mons. Gérard Marie Codirre, vescovo di Saint Jean di Quebec, Canadá,
Cina
Mons. Charles Joseph di Melckebeke, di origen un belga, vescovo di Ningxia, Cina.